Horacio Rosentgberg tenía la vida resuelta en la Argentina con una larga carrera profesional en una multinacional, pero, en 2013, decidió dejar el ámbito corporativo para emprender. Tres años después definió que quería establecerse fuera del país, en Miami, Estados Unidos. Hoy tiene cuatro centros de pilates en el norte de la ciudad a través de una franquicia, un modelo de negocios que recomienda para quien busque un cambio, si bien dice que no es para todo el mundo.
Rosentgberg, que hoy tiene 53 años, es oriundo de Rosario, Santa Fe, aunque dejó esa ciudad en 1991 y recién regresó en 2013, cuando le puso punto final a una carrera de más de 17 años dentro de la multinacional Anheuser-Busch InBev, dueña, entre otras, de las marcas Brahma y Quilmes.
Fue en ese entonces, en 2013, que se fue de la compañía con ganas de desarrollar algo propio. “Me llevó un año tomar la decisión. Incluso hice terapia para estar seguro porque había hecho una carrera y tenía un buen cargo, pero finalmente dejé la vida corporativa y con mi mujer nos volvimos a Rosario. La idea era tomarme un año sabático para pensar, que finalmente fue un año y medio”, continuó.
De regreso en Rosario, fue secretario y presidente de la ONG Kehilá Rosario, apoderado de la escuela Jaim Najman Bialik, e ideó un proyecto para llevar alimentos a China que no prosperó por temas cambiarios.
“No había ningún proyecto que me cerrara económicamente en la Argentina por las condiciones económicas, entonces, a mediados de 2016, surgió la idea de venirme a Miami. Empezamos a estudiar el tema inmigratorio y llegué a la conclusión de que tenía que venir con una visa de inversión y, dado que yo había tenido una carrera corporativa y no tenía ningún negocio, empecé a buscar en dónde invertir para generarme un flujo de caja”, confió.
Asesorado por Latam en USA Argentina, una empresa que guía a latinoamericanos que buscan residir o invertir en los Estados Unidos, llegó a la franquicia Club Pilates que lo convenció por los antecedentes del dueño y porque los objetivos que le planteaban le parecían razonables: el punto de equilibrio se alcanzaba con 200 socios por estudio.
“En ese momento compré la opción para desarrollar estudios de pilates en tres territorios en el norte de Miami. Yo jugué futsal toda mi vida y mi esposa era fanática del zumba, pero no éramos gente de fitness, aunque sí teníamos cabeza de dueños: yo, por mi paso por una multinacional, y ella porque era farmacéutica e hizo carrera en Farmacity. Sabíamos gestionar. En este caso era ocuparse de los 200 miembros y de la estructura de profesores”, puntualizó.
El primer centro que abrió en septiembre de 2017 -con la llegada del huracán Irma de por medio-tuvo inicialmente 40 socios, pero, a los tres meses, ya había alcanzado los 200. El segundo abrió en diciembre de 2018, el tercero, en septiembre de 2019 y el cuarto, en septiembre de 2021 con más de 200 socios antes de arrancar. En total, tiene cuatro centros, pero hace el gerenciamiento de un quinto espacio comprado por otro inversor.
Además, está trabajando la marca de yoga del mismo franquiciador, tiene la masterfranquicia de Club Pilates en España, junto a su hermano Fernando, y está al frente de Nextbyn, una empresa de desarrollo de software para soluciones de consumo masivo especializada en distribuidores.
“Al principio la franquicia me insumió una dedicación full time, pero ahora estoy part time enfocado más en lo estratégico, como dónde ubicamos los locales, el pago de las remuneraciones, los impuestos y los bancos”, contó y alentó a quién busque un cambio de vida a pensar en las franquicias.
“Hay gente que dice ‘¿a los 50 años qué puedo hacer?’ y en Estados Unidos es muy común ver gente que se retira de la vida corporativa y aprende otro negocio. Hay que tener en claro a lo que uno se expone, pero a mí me salió todo relativamente bien y lo recomiendo. Uno de mis socios de la empresa de software se vino para acá y la mujer que era anestesista de quirófano está manejando una franquicia de estética. Yo creo que la franquicia te da eso: un know how que no tenés y la edad no es un limitante. Mi objetivo es tratar de motivar a alguien y cambiar realidades”, cerró.
Consultado por este diario, Ariel Arrocha, director de Latam en USA Argentina, dijo que la visa de Rosentgberg es un E2 que no puntualiza un monto específico de inversión, si bien ellos recomiendan que sea superior a los US$130.000.
En tanto, José Torres, especialista en franquicias, dijo que estas parten de US$50.000 hasta US$500.000 dependiendo de la industria. “La compra de franquicias en el área de servicios residenciales puede costar entre US$75.000 y US$125.000, mientras que las vinculadas a real estate, como remodelación de casas o mejoras para el hogar, están entre US$100.000 y US$150.000; y, finalmente, las franquicias tipo gimnasios o centros de belleza, entre US$150.000 y US$250.000″, concluyó.
Fuente: María Julieta Rumi para La Nación.